Muchos niños llegaron a ver el embalaje final de los ciclistas -en familia o con sus amigos-. La prensa regional recogía sus impresiones.
Por ellos, por los padres e hijos que asistieron juntos, por los amantes del deporte, no se puede dejar de correr la Vuelta. Es impresentable una ausencia de 4 años de la competencia. Ojalá no vuelva a ocurrir.
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