
Esta simpática arañita de tonos verdosos aceptó gentilmente modelar para mí en una improvisada sesión fotográfica que se terminó extendiendo por casi una hora. Ante tal abuso de su tiempo, ella se impacientó y la tarea se me hizo más compleja. Se quería escapar. Comencé entonces a hacer contorsiones algo extrañas con la mano, porque quería obtener una linda foto con ella posando en la punta de mis dedos.
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