lunes, 18 de enero de 2010

Todo tranqui

Lo mejor de ayer fue la tranquilidad y madurez con que se desarrolló el proceso, sin denuncias de fraude eleccionario, ni escándalos, ni militares apagando focos de conflicto, ni amenazas de protestas ante la ONU, ni resistencia ante la pérdida del poder; nada de eso. Hasta aburrido, decían algunos (¿querían escándalo, violencia?). Los perdedores, hidalgos en la derrota, todos, y el presidente electo haciendo un justo reconocimiento a lo bueno que hicieron los gobiernos anteriores. Caballerosidad total, como debe ser. Es cierto que en la campaña hubo ataques duros desde ambos sectores -no nos confundamos, esto es política...-, pero con lo de ayer, entiendo que todo queda perdonado, olvidado y se da vuelta la página.

Ayer domingo 17 de enero casi cambié mi opinión sobre la política. Pero reaccioné a tiempo y me quedé sólo en eso, en el casi. Más vale.

(imagen: cnnexpansion.com)

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